Cañete rememora al Condestable Álvaro de Luna

MIGUEL ÁNGEL BADAL

Surgida en el año 1999 en la pequeña villa de Cañete (Cuenca), para conmemorar al ilustre Condestable de Castilla Álvaro de Luna, así como su riquísima tradición histórica, la Alvarada es ya una de las fiestas medievales con mayor tradición y solera del territorio castellano-manchego. Un evento que crece año a año, en el que tienen cabida numerosas actividades de tipo cultural (presentaciones de libros, jornadas universitarias de la UNED, ciclo de cine medieval, etc.); pero que también destaca por su carácter lúdico y festivo con la celebración de su tradicional mercado medieval, el torneo a cargo del grupo "Legend" o sus conciertos musicales. Este año el eje central de la fiesta será el mundo mágico en la Edad Media y, entre otros actos destacados, se prepara un hermanamiento entre los cañeteros y las gentes de Teruel, ciudad con la que la pequeña villa comparte abundantes momentos de su historia. Este año, como en ediciones anteriores, Cañete espera contar con la presencia de miles de visitantes. Del mismo modo, para esta ocasión, se espera la visita y participación de grupos recreacionistas de diversos puntos del país, en un intento de la Comisión Organizadora por consolidar la fiesta como marco de un encuentro de gentes interesadas en la recreación histórica, después de la notable experiencia que supuso la presencia, durante la última edición, de los miembros del grupo "Conca". Es este último una asociación cultural, histórica y deportiva, que ha mostrado ya su interés por apoyar todas aquellas iniciativas que pretenden devolver a Cuenca y a su provincia a su pasado histórico medieval, participando en eventos festivos como la Alvarada, las fiestas de San Mateo de Cuenca o la celebración del aniversario de la entrega de la Carta Puebla al municipio de Quintanar del Rey.

EL IMPORTANTE LEGADO HISTÓRICO DE LA VILLA

La villa de Cañete destaca por su importantísimo valor patrimonial, del que son claro emblema sus imponentes murallas serradas que rodean zigzagueantes todo el recinto urbano, descendiendo en cascada desde la inexpugnable fortaleza, hoy ruinosa, que corona la peña que crece sobre el lomo de la población. Un peculiar castillo de casi doscientos metros de longitud, con una imponente albacara, que destaca por su particular planta en forma de barco. El pueblo, por su parte, presenta un caserío apiñado, propio de las villas medievales castellanas, que se abre al exterior a través de las puertas la Virgen, de sobrio estilo románico; de las Eras, con un majestuoso arco califal, y la acodada de San Bartolomé, que destaca por ser uno de los mejores ejemplos defensivos de la zona.

Convertida en villa por privilegio de Sancho IV en el año 1285, Cañete ocupa un lugar importante en la historia de la frontera castellano-aragonesa debido a su posición estratégica, a medio camino entre Cuenca y Teruel, que le hizo ser testigo de primera línea de acontecimientos trascendentales como la rebelión del noble Juan Núñez de Lara, la guerra de los Pedros o la guerra civil castellana, en el siglo XIV. Leal a Pedro I hasta sus últimas consecuencias, la villa pasó a manos de los aragoneses en el año 1369, siendo recuperada para los castellanos por las tropas de Alvar García de Albornoz y las compañías francesas de Tollet de Castell Pugo. Como premio por su apoyo al Trastámara durante la precitada guerra, el noble aragonés Juan Martínez de Luna, señor de Cornago y Jubera, recibió en 1373 la villa de manos de Enrique II. Ello permitirá que a la postre, unos quince años después aproximadamente, nazca en ella Don Álvaro de Luna, el más renombrado personaje de esta familia, que alcanzaría el título de Condestable de Juan II y regiría los destinos de los castellanos durante buena parte de la primera mitad del siglo XV.

La Alvarada, como su nombre indica, trata de rememorar cada año a ese ilustre personaje de nuestra historia que es el Condestable castellano, pero también busca trasladar a propios y extraños a su épico pasado, así como homenajear su importante legado histórico, su patrimonio único y su tradición medieval ya constatada en las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio.

PARA SARER MÁS: http://www.alvarada.com