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José Iglesias Benítez

José Iglesias Benítez nació en Villalba de los Barros (Extremadura). Estudió el Bachiller en Almendralejo. Es Profesor de EGB, por la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Badajoz y Licenciado en Geografía e Historia (Sección de Arte), por la Universidad Complutense de Madrid.
Es socio fundador de la editorial extremeña “Beturia Ediciones” y actualmente ostenta la Presidencia en la Asociación del mismo nombre. Asimismo es socio fundador de la UBEx. Y de número del Hogar Extremeño de Madrid, de la Asociación de Escritores y Artistas de España y de la Asociación de Escritores Extremeños.
Ha ofrecido numerosos recitales y dictado conferencias por toda la geografía nacional y pronunciado discursos y pregones en distintos puntos de España.Numerosos artículos y poemas suyos han aparecido en prensa y publicaciones literarias: el diario Hoy, de Badajoz; El Periódico Extremadura; El Sur, de Málaga; El Día, de Toledo… y en numerosas revistas de poesía, entre las que destacan la revista del Centro Internacional de Poesía José Hierro: Nayagua, la de la Asociación de Escritores y Artistas: Mirador de Leganitos, el Boletín de Escritores Extremeños y el Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras.
Su obra poética ha sido recogida en numerosas antologías.Ha sido galardonado con algunos premios literarios y en el año 2007 su pueblo le honró rotulando con su nombre el Centro Cultural.Varios de sus poemas han sido musicados por importantes compositores, entre otros, el Director del Real Conservatorio de Madrid, (autor de la música del Himno de Extremadura) el organista, D. Miguel del Barco.
Ha ejercido la crítica literaria y de arte. Ha prologado obras de distintos autores y escrito monografías para diferentes pintores y escultores, casi todos extremeños.
Tiene editados los libros: Cuando el amor me llama (Madrid, 1984) En esta lenta soledad del día (Madrid, 1988), Clamor de la memoria (Madrid, 1998), Retablo de amor profano y otros sonetos, dentro del libro colectivo V Otoño literario y solidario (Badajoz, 2003) Ritual de la inocencia (Madrid, 2005) y Revelaciones (Cáceres, 2007).
«Ese buen corazón, ese alma buena / que reparte los versos con sonrisas», tal y como lo define el periodista y poeta José Miguel Santiago Castelo, ese es José Iglesias Benítez.
«Doscientos años de tonterías han convertido la poesía en
una chorrada ñoña o en una genialidad intelectual hermética»
¿Doscientos años de tonterías?
A veces se habla (dependiendo de cada libro, incluso de cada poema) de la ciudad, de los personajes que la habitan (el poeta incluido); a veces se habla del interior del poeta; a veces se habla de lo que se dejó atrás ... y otras veces sólo se intenta jugar con el lenguaje y decirle a los demás que escribir gilipolleces es bonito, si te divierte. O que algunos, tratando de ser, o ponerse, trascendentes no escriben más que gilipolleces. O que gilipolleces sabemos escribir todos. (Bueno, algunos sólo saben escribir eso: tonterías con acento serio, chorradas disfrazadas de «ideas importantes»: gilipolleces). Pero hay que ser capaz de hacer un soneto barroco y hay que ser capaz de cagarse en la puta que parió al poeta que hizo un soneto como Garcilaso y luego no supo escribir un verso blanco con un mínimo de coherencia...
¿Y con qué poesía nos quedamos? ¿Cómo cree que ha de ser?
La poesía tiene que tener y provocar emoción, pero sin olvidar que es un acto de la voluntad y de la inteligencia. Yo pretendo que mi poesía comunique cosas, que hable y su lenguaje pueda llegar a casi todos, pero que también me sirva a mí. Ese «casi» que falta es la parte que el lector tiene que poner. Leer poesía no es fácil. La poesía requiere mucho más esfuerzo por parte del lector –por eso es minoritaria–. Pero también poetas debemos acercarnos a los lectores. Una poesía excesivamente hermética es difícil que llegue a un lector medio y termina perdiendo una de sus funciones: la comunicación.
¿Y cómo escribe Vd.? Seguramente escribo como respiro o sueño. Forma ya parte de mi forma de ser. Y no podría ser de otra manera aunque quisiera. A veces me sorprendo a mí mismo pensando en endecasílabos, o escribo un apunte en el sitio más insospechado... en fin la poesía lo llena todo. Me reto constantemente. Y me busco. No consigo nada. No busco nada, fuera de mí. Si acaso, me reafirmo... y entre mis gentes me gano un vaso de vino cuando a alguien se le saltan las lágrimas por el pellizco de la emoción o de la admiración y dicen, sin poder aguantarse:«¡ponle una copa al poeta!» Pues eso. Con eso estoy pagado.

Extremadura está presente en otros de sus libros como "Clamor de la memoria"... ¿hay algo de su tierra en "Revelaciones"? -Cada uno es hijo de su tierra y de su infancia. Mi infancia y mi tierra van unidas y formaron mi "yo", el ser que soy. En "Clamor de la memoria" yo pagaba una deuda que tenía con Extremadura, con mi gente extremeña. Quiero mucho a mi tierra, me siento orgulloso de haber nacido allí y me he negado siempre a perder mis raíces. Allí vuelvo cada vez que puedo y allí me encuentro siempre con aquel que fui, con aquel que nunca dejé de ser del todo. En "Revelaciones", por el contrario soy yo el que cobra una deuda a la ciudad. -¿Se considera un poeta extremeño? -Claro. Ni puedo ni quiero renunciar a mis orígenes. Pero soy un poeta extremeño porque nací allí, no porque escriba de manera especial, o porque el lenguaje de los extremeños o la manera de hacer poesía sea diferente de cualquier otro castellanohablante. Es decir, soy un poeta que tiene la suerte inmensa de ser extremeño. -Vivimos tiempos en los que salen poetas debajo de las piedras, ¿busca dirigirse a un público entendido? -Es verdad. Hoy todo el mundo escribe o pinta... otra cosa es cómo se escribe y cómo se pinta. Sí, cualquiera es poeta y la osadía a la hora de publicar es inaudita. Hay dos grandes formas de entender la poesía, el lenguaje poético como comunicación con los demás, o como introspección y comunicación con uno mismo. Yo pretendo que mi poesía comunique cosas, que hable y su lenguaje pueda llegar a casi todos.


Un golpe helado

'In memoriam' José Iglesias Benítez, poeta nacido en Villalba de los Barros a quien tanto quería y que murió de covid el pasado 14 de octubre de 2020, a los 65 años

https://www.hoy.es/opinion/golpe-helado-20210808000708-ntvo.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.bing.com%2F

OBITUARIO





Villalba de los Barros

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