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Adiós a Juan Serrano, uno de los últimos gancheros de Cuenca


El pricense fue enterrado el domingo, 19 de junio de 2011, tenía 93 años y estuvo 14 en el río



La imagen de Juan y su esposa, en su casa,
pertenece a la entrevista concedida a
El Día en febrero del año 2009./Foto: Manuel M. Casado

Los ríos Escabas, Guadiela y Tajo tienen algo en común desde el sábado, más allá de la fluvial naturaleza que comparten. Desde el sábado, los tres están un poco más huérfanos. Y es que el sábado cerraba sus ojos para siempre Juan Serrano, uno de los últimos gancheros de la provincia de Cuenca, buen conocedor de los tres ríos arriba mencionados porque pasó en ellos catorce años, trabajando en las maderadas.

Juan Serrano nació en Priego en 1918 y estuvo de los cuatro a los catorce años dedicado a transportar madera gracias a la fuerza del río, explicaba en una entrevista concedida a El Día en febrero de 2009, para la sección El Latido de la Ciudad, cuando contaba 91 años y una fuerza y vitalidad envidiables. De la mano de su padre y de su abuelo, Juan pasó su niñez y adolescencia río arriba y río abajo entre Tragacete y Aranjuez.

Después, tras la guerra civil, el negocio de las maderadas caería en un profundo declive que llevó a la desaparición de los gancheros en muy pocos años y que apartó a Juan del río para siempre. No es que lo echara de menos, recordaba, porque “hacía frío, se comía mal y ganabas muy poco”, pero la forma en que le brillaban los ojos cada vez que recordaba esa época era única.

Memoria de una vida
En aquella escuela que fue el río para él y para tantos otros, aprendió Juan casi todo lo que necesitó a lo largo de su vida. El tesón a la hora de trabajar, la humildad, el esfuerzo, el compañerismo y el amor a la tierra. A la suya, porque siempre llevó Priego en la memoria y se entristecía al recordar cómo ha perdido vida y habitantes con el paso de los años. Y a la Tierra porque, quien ha trabajado en el campo aprende a amarlo aunque no haya escuchado hablar en su vida sobre ecologismo. El domingo regresó a la tierra. Con él se marcha una parte importante de la historia cotidiana de Cuenca.


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