lunes

EL HERIDO

Verdes ranas
conmoviendo mi junco en el pantano,
bebiéndose mi sangre simplemente
entre las aguas cenagosas.

Me dejaron al borde de la vida
para que denostase y arrancara
el pelo de mi pecho.

Apenas reemplacé a los muertos
se me ha salido el pan de munición
como un grano de maíz caliente
del estómago abierto por la pólvora.

Yo me encontraba bien en casa.
Me hallaba bien en todos los lugares.

Ahora mismo, con mi junco
hubiera tenido bastante.

Al junco viene una libélula
y nacen todos los ritmos.

Lo cortas, haces un batán
y ves girar en el agua todas las civilizaciones.

Parece que estoy más tranquilo.

Llega la hora de decir: madre.



"El Molino de Papel"
Nº 15, Ago 1958

No hay comentarios:

Las entradas mas visitadas en los últimos 30 días