lunes

MEDITACIÓN

Pena que el hombre cuando nace y muere
salte de la esperanza a la esperanza.

Lástima. El hombre cuando vive quiere
ser o no ser y luego no lo alcanza.

Era un pequeño pájaro acostado
en un rayo de sol, de sol de invierno,
preparado a morir calladamente.

Era un arroyo desde luego helado.
Y si el pájaro hubiera sido eterno
él no hubiese dejado de ser fuente.

Era un hombre colgado, mudo, ciego
y sin disposición para la muerte.

Otro hombre rasgado por el fuego.

Otro hombre clavado, frío, inerte.

Siempre fué así. Vendrá la primavera.

El día que los hombres acabemos
Dios mirará los pájaros y el río.

Qué larga debe ser la triste espera
del pájaro que ve que perecemos
demasiado despacio, Señor mío.


"El Molino de Papel"
Nº 8, Nov 1956

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