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Cuenca es única

CUENCA ES ÚNICA

Por Arturo Culebras Mayordomo
Allá por las décadas de los sesenta o setenta del pasado siglo se inició una campaña publicitaria con el “slogan”: “Cuenca es única”, que proliferó en grandes carteles anunciadores y en las pegatinas que se ponían en los coches, y que ha perdurado hasta nuestros días, y que hoy todavia continúa, vease sino la imagen, de una pegatina más actual. La campaña publicitaria fue tan excelente, que pronto caló entre el público, y se acuñó esa expresión para referirse a Cuenca, capital, como un lugar único –que lo es- y como un destino turístico incomparable, que también lo es. ¿Quién fue el inventor de esta campaña? Lo desconozco. Releyendo los libros de “mi desván” he encontrado un libro escrito en 1932 por Alicio Garcitoral, periodista republicano y autor de una veintena larga de libros, que en su novela titulada “El crimen de Cuenca”, en la página 49 de la misma dice: 

8.—La ciudad encantada. No la que las guías turísticas ciudad encantada llaman, porque tal quieren imitar unos fenómenos jeolójicos—la piedra, el agua y el viento—, sino la capital. Esta y no otra es la ciudad encantada. 
- Yo la llamaría también ciudad única, Alirón. Porque es única en España. 
- Pero resulta más bonito llamarla la ciudad encantada. Es encantada y es única. Al primer golpe de vista parece una vieja e histórica capital más, empinada, castillo roquero, atalaya hosca, defensa de enemigos y progresos; pero no, no es una de tantas: es única: es la ciudad encantada….” 

 Partiendo de que desconozco al autor de aquella campaña publicitaria, como ya he dicho, y como me gusta jugar con la imaginación, pues me hago las siguientes reflexiones:
-¿Conocía el autor de la campaña publicitaria la existencia de este libro? ¿Lo habría leído? Si lo conocía y lo había leído fue muy “hábil” para hacer pasar el filtro de la censura a su “slogan”. También pudo darse el caso que tampoco deberían conocerlo los “censores” de la época, ya que difícilmente hubiese pasado su criba, proviniendo de un escritor republicano, y sobre todo después de haber escrito una novela titulada “El crimen de Cuenca” de marcado carácter político y social referido a Cuenca y su provincia, con un fuerte acento republicano y con severas críticas a los podres fácticos –iglesia, terratenientes, etc.- de la época. 
¿Pura casualidad o coincidencia? Pues, también puede ser. Ahora serán Uds. quienes deberán hacer la interpretación más conveniente o convincente que deseen. Aquellos que tengan más edad, también podrán recordar un programa de la televisión en blanco y negro en la que el locutor repetía esta frase: “Todo está en los libros”. Pues en mi desván encontré uno que contiene esta “anécdota”.

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