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La matanza del Martinete

RESISTENCIA Y CAUTIVERIO EN CLM
Maquis en Guadalajara: Guerrilleros en alpargatas
Pedro Aguilar


Pero sin duda el suceso más dramático protagonizado por el maquis en la zona fue la matanza del Martinete. Ocurrió el día 16 de septiembre de 1948. Había feria en Priego y una partida de maquis (según algunos testigos una veintena y según otros, siete) cortó el puente del Martinete, que hace frontera entre Cuenca y Guadalajara. A todo el que pasaba, los maquis le registraban y robaban el dinero. Ángel Herranz de noventa y dos años y vecino de El Recuenco fue uno de los atracados. "Al pasar el puente nos desviaron con las escopetas a la alcantarilla. Allí nos registraron, nos quitaron las perras y nos llevaron a un alto que estaba al otro lado, donde nos iban dejando vigilados. Eramos más de cuarenta y un buen puñado de mulas". Allí estuvieron hasta que se hizo de noche y los maquis les dejaron marchar. Fue entonces cuando pudieron ver cómo asesinaron al teniente de la guardia civil Pedro Serrano y al guardia José López, destinados en Priego, y a los dos inspectores de la Fiscalía de Tasas, Alfredo Robles y Pedro Plaza, con destino en Guadalajara. "Los guardias se echaron encima con la moto, cuando quisieron darse cuenta ya les estaban apuntando. Los bajaron y los ataron las manos con unas cuerdas. Lo mismo hicieron con los de la Fiscalía que iban en un coche. Les subieron arriba y contra un pino los fusilaron. Fue una barbaridad. El teniente era una buena persona que nunca se metía con nadie". Fue el primer asesinato de dos recaudadores, pero no sería el último en el haber del maquis.
Ángel Herranz asegura que en el Martinete, donde él pudo esconder el dinero de un tratante en la albarda de una mula y el alcalde de Alcantud (Cuenca) escapar por una alcantarilla, no vio a más de siete maquis. Entre ellos se encontraba un vecino suyo, Eloy Constantino Herráiz. Tenía por mote "El Pena" y se dedicó al estraperlo al salir de la cárcel en el año cuarenta. Compraba comida y enseres que en muchas ocasiones vendía a los maquis y les servía de enlace. Su tarea consistía en observar los movimientos de la guardia civil, cobijar a los guerrilleros en caso de necesidad y dar soplos cuando había dinero moviéndose por los caminos en las carteras de los pudientes. A raíz de las batidas de las fuerzas del orden en 1947 se echó al monte y se unió a una partida.
Cuando el alcalde de El Recuenco, que se encontraba entre los atracados del Martinete, le vio, se le quedó mirando perplejo. Dos hijos de "El Pena" trabajaban para él. Paulino Collada, actual alcalde de El Recuenco asegura haber oído comentar en aquellos años que el maquis le dijo en tono de advertencia: "¡Desiderio, mis hijos!". Y el alcalde respondió "Eloy... los míos". El edil salvó su pellejo.
Las muertes del Martinete no quedarían impunes. La presión sobre las partidas, cada vez menos numerosas y más dispersas, se aceleró y la dotación de guardias civiles en la zona se multiplicó por cuatro. Justo un mes después, el día 16 de octubre de 1948, moría en un campamento ubicado en el Cerro de la Cabeza, término de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), tras un encontronazo entre guerrilleros y guardias, Eloy Herráiz "El Pena" y tres de sus compañeros. Un cuarto se entregó y gracias a sus confesiones las fuerzas represivas acabaron en pocas semanas con toda la organización del maquis en Cuenca, y por ende, en Guadalajara.

"Amador" un maquis sin vocación
Amador Méndez nació en 1903 y fue entregado por sus padres a la inclusa. Siendo mozo fue adoptado por Eusebio Méndez, vecino de Armallones, para trabajar en el campo. Al estallar la guerra peleó por la República. De vuelta del frente fue detenido por rojo. Estuvo en la cárcel de Guadalajara y en el campo de concentración de Pálmaces. De allí se escapó en 1944 al enterarse de que su mujer sufría abusos sexuales por parte del alcalde de Armallones. No tuvo valor de matar a su adversario y se echó al monte. Anduvo solo varios años hasta que la partida de maquis de "Manco de la Pesquera" contactó con él para que les sirviera de guía por los hundidos del Tajo. Cuando la guardia civil mató a su cuñado y apaleó a su hijo en 1947 huyó a Barcelona. Allí tuvo una carbonería. Al cabo de dos años fue delatado y hecho prisionero. Estuvo en la cárcel de San Miguel en Valencia de donde se escapó en el año 1950 con otro recluso cuando le quedaban sólo unos meses para salir. Andando, los dos ex-presidiarios llegaron hasta Armallones donde les estaban esperando. Fueron apresados y encarcelados de nuevo. Recorrió entonces varios presidios hasta que fue puesto en libertad a mediados de los cincuenta. Murió en 1988 trabajando como jardinero en Madrid. Era un hombre extravertido, alegre y de buen corazón. En la zona casi todo el mundo le recuerda con cariño a pesar de sus pequeñas fechorías. No participó en ningún hecho delictivo grave. Puede decirse que fue maquis a la fuerza.
La corta carrera de "El Pena"
Nació en Vindel (Cuenca) pero se crió en El Recuenco donde su familia vivía bien para el común de la época. Gastaba más tiempo en jugar a la pelota que en trabajar. Durante la guerra estuvo con los rojos. Al terminar pasó unos meses en la cárcel y fue puesto en libertad. Trabajó con algunas mulas que tenía en el estraperlo donde contactó con las partidas de maquis que se movían por la provincia de Cuenca. Les sirvió de enlace y de cobijo en algunas ocasiones. En 1947 la guardia civil hizo una redada en El Recuenco. Sabía que acabarían conociendo su relación con los maquis y decidió huir y unirse a ellos. Participó en la matanza del Martinete en 1948 y al mes siguiente fue muerto a tiros en un enfrentamiento con la guardia civil.

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