EXPERIENCIAS EN EL ESTUDIO, DOCUMENTACIÓN
Y DIVULGACIÓN DE LA ARQUITECTURA POPULAR: EL EJEMPLO DE LA ALCARRIA CONQUENSE
Primera Parte
Primera Parte
José Luis GARCÍA GRINDA
INTRODUCCIÓN
Revista Zahora Editada por la Diputación de Albacete |
La
intención básica es que dichos estudios suministren datos fehacientes de cómo
es la arquitectura popular, en sus distintos tipos, organizaciones, construcción
y distintos detalles de sus acabados, al objeto de posibilitar el impulso de
una política de defensa y protección de este patrimonio olvidado, fomentando la
restauración o rehabilitación en el ámbito rural, frente a la simple
sustitución. Uno de los instrumentos esenciales, en esta línea, es la propia
divulgación de esta arquitectura, de tal modo que del estudio surgiera, tanto
una publicación específica, como la elaboración de recomendaciones precisas
dirigidas a la rehabilitación, protección y reutilización, así como la
adecuación de las nuevas construcciones a las tipologías tradicionales, que se
han plasmado en una serie de ediciones divulgativas de folletos, además de
distintas conferencias divulgativas, y finalmente pudieran convertirse en
parte de la normativa urbanística local.
Otro objetivo del estudio era documentar
adecuadamente esta
arquitectura, que no es objeto
normal de atención gráfica adecuada, planteando
realizar levantamientos y dibujos planimétricos con cierta calidad y
precisión de ejemplares destacados representativos, a modo de fondo documental
futuro pues, en nuestra experiencia, la destrucción de este patrimonio es tan
imparable y masiva que más de la mitad de los ejemplares dibujados por nosotros,
en los últimos veinte años, ya no existen. Documenta pues, que algo queda, es
la sentencia que venimos desarrollando en el estudio de esta arquitectura.
Chozo. Villaconejos de Trabaque |
Al objeto de servir al fin específico del
congreso y como contribución concreta, a continuación pasamos a analizar y
describir una parte de la arquitectura auxiliar, complementaria y del común de
la Alcarria Conquense, de modo particular en lo que se refiere a los refugios
y chozas, que en sus modalidades presentan vinculaciones con las albaceteñas,
así como otras arquitecturas de uso agropecuario, acompañado de ejemplos de
estas tipologías dibujadas.
La
arquitectura auxiliar, complementaria y del común de la Alcarria Conquense
El análisis de la arquitectura popular, si bien debe centrarse en la
casa, como corazón y centro de la actividad rural, alrededor de la que se
articula la heredad y los diferentes sectores y edificaciones agregados a la
organización de la misma, como respuesta a aquellos usos agropecuarios
específicos, no debe olvidarse que existe un conjunto muy amplio de
edificaciones específicas que, en muchas ocasiones, contribuyen a definir las
características propias
arquitectónicas de la
comarca.
Son
un conjunto muy diverso de arquitecturas, que van desde aquellas edificaciones
de uso agropecuario propio de la heredad familiar que, por razones funcionales
o de propiedad, se han desagregado de la propia unidad de la casa, como bodegas,
palomares, cuadras,
pajares, etc. O aquellas que responden a estos mismos usos agropecuarios, pero
tiene un carácter de uso comunal o vecinal, como refugios, parideras, etc. A
aquellas que ayudan a dotar de equipamiento colectivo a la comunidad y que
normalmente han formado parte de la propiedad comunal o vecinal. Y que en ocasiones
suministraban rentas al propio concejo; desde las fuentes, pasando por
elementos simbólicos del poder local y de las instituciones, como las picotas, la olma característica, la casa de concejo con la taberna, la cárcel,
el pósito, el horno e incluso el molino, la posada o la venta. A las de uso
religioso: la iglesia, la ermita, el calvario, el crucero, el humilladero, el
cementerio, etc. Hasta aquellas que tienen un carácter más productivo e industrial,
pudiendo pertenecer a
cualquiera de las categorías anteriores: el molino hidráulico, el molino de
viento o la almazara de aceite. O ligadas a las actividades artesanales
tradicionales de ciertos lugares: como el alfar de cerámica o las acequias y
pilas destinadas a la producción de mimbres. Hasta llegar a elementos de las
infraestructuras viarias y de riego, puentes, pontones, alcantarillas, azudes,
canales, o tratamiento del espacio público como pavimentación, o elementos de
los espacios agrarios como tapias, cercados, etc.
Todo
un abanico de elementos y arquitecturas que acaban conformando una imagen
rica y ambivalente del territorio. Buena parte de ellos nos remarca, en
presencia y densidad, cuales son las actividades agropecuarias específicas de
la comarca, como la presencia de la vid y del olivo, en paralelo a las bodegas
y almazaras. O la existencia de una actividad significativa de ganadería menor,
específicamente lanar, con los caminos tradicionales, ganaderos y, en paralelo,
las numerosas parideras, como ejemplos mas expresivos.
REFUGIOS Y CHOZAS
Chozo. Cañaveras |
Su utilidad de habitación temporal hace que su construcción y
morfología adopten disposiciones que se pueden calificar de primitivas. Esta
disposición hace que, en numerosas ocasiones, se empleen para compararlos con
hábitats antiguos, de cuyas organizaciones nos da cuenta la arqueología.
En la comarca podemos encontrar un buen número de refugios que emplean
las propias oquedades naturales que suministran los roquedos de arenisca,
presentes en todos los municipios de la comarca. Al hablar de los hábitats
trogloditas hemos hecho referencia a algunos de ellos, como hábitats antiguos.
Además es muy frecuente que estos abrigos abiertos naturales se amplíen y
regularicen mediante talla o, incluso,
mediante construcción
de muros adosados que contribuyen a conformar dichos abrigos, como el refugio
de Cañaveras.
Normalmente la mayoría de estos abrigos se emplean como apoyo a la
actividad pastoril, estando ligados
o relacionados directamente con corrales de
ganado o parideras. Algunas de las cuevas naturales dan nombre a topónimos o
incluso otros elementos del territorio. En Barajas de Melo se cita la cañada de
Val de Cueva en el siglo pasado, que toma el nombre de un «... gran solapo o cueva natural, capaz de
guarecer un buen rebaño...» . Los ejemplos de Candegalgas en Villar de Domingo
García son buena
muestra de ello, con una cueva natural que ha sido regularizada, dotándola de
un hueco, a modo de ventana y un acceso, tallando la roca. El refugio así
creado domina la paridera instalada bajo él.
Otros refugios elementales los hallamos emplazados en las huertas o
espacios de cultivo intensivo ligados a los núcleos. Están realizados con
ramajes, sarmientos o cañas, apoyados en unos palos verticales y horizontales, simplemente sobrepuestos,
a modo de estructura.
Los Aposentos. Cañaveras |
También los localizamos, a veces, aislados en lugares, que da pie a
suponer que no eran refugios pastoriles, sigo ligados a explotaciones agrarias,
siendo normal su ubicación en los viñedos, a modo de guardaviñas, aunque hoy no
es posible localizarlos en dicha relación o disposición.
Incluso algunas chozas, en la toponimia local recogida en la
cartografía histórica, reciben nombres propios como por ejemplo Las Chozas del
Mancebo, Choza Nueva o Choza de La Monja en Olmedilla del Campo, emplazadas
junto a la Cañada Real. O la muy expresiva de Choza Redonda, en Loranca del
Campo, emplazada cerca de la otra cañada real que atraviesa su término.
Los
ejemplos dibujados en Villalba del Rey, en la zona de la Dehesa, nos dan imágenes
de chozas pastoriles, de distintos tamaño, de 1,90 y 4,50 m. de diámetro interior
respectivamente. En
ambos existe una salida de humo en su coronación, además de un lateral, junto
al hueco de acceso,
acompañándose de algún
hueco pequeño interior a modo de alacena. En la Choza Alta en Castejón, la
bóveda cónica dispone
de una abertura central,
además de una lateral en correspondencia directa, como salidas de humos, con un
diminuto hogar creado en el muro. Esta choza se acompaña de un encerradero de
ganado que emplea parte de cuevas naturales, apoyadas en un estrato rocoso del
terreno, cerrando con una tapia la piedra en seco.
Otros ejemplares de similar planta, como el pastoril en Mazarulleque,
o el dibujado en la salida de Villaba del Rey y que posiblemente fuese
guardaviñas, arrancan su bóveda, retranqueándose ligeramente del muro, al adelgazar
su grosor respecto a él, dotándose de una forma característica. En él se
conserva la salida de humos central y el tamaño de diámetro interior es de 2,5
metros.
Esta
forma de chozo circular, con bóveda de fábrica delgada tomada con yeso, la encontramos
en algunas eras, como edificio
de refugio y guarda de
aperos. El ejemplo de Torrejoncillo del Rey nos lo muestra, teniendo un amplio
diámetro interior, en torno a los 4 metros.
Otros tipos de refugios de planta redondeada, tanto de eras, como pastoriles
o guardaviñas, emplean bóvedas de piedras en seco, de forma irregular, aunque
en la comarca tengan un carácter minoritario, como en el ejemplo de
Villaconejos de Trabaque. Y en ocasiones hayamos la misma organización, en
soluciones de planta rectangulares, como en Priego. O con mezcla de ramas y
piedras sueltas recubiertas de tierra, como en Jabalera, todos ellos de
pequeñas dimensiones.
Más
raras son las chozas de planta rectangular y bóveda aquillada, que encontramos en
las eras de Villaconejos de Trabaque o formando parte de alguna paridera, como
en Priego, este último en piedra en seco. El ejemplo dibujado de Villaconejos
de Trabaque está realizado con una bóveda de mampuesto tomado parcialmente con
barro, cuyos vértices están perfectamente trabajados para crear la curvatura,
eligiendo piezas pétreas de mayor tamaño, casi sillarejo, colocándolas de tal
modo que ofrecen una unión con las dos curvaturas exteriores e interiores,
usando las últimas a muro a modo de cuñas. Y colocadas todas ellas en seco.
El ejemplar de Priego está integrado en un corral con planta cuadrada
redondeada en las esquinas, se cierra con tapia de cierta altura para procurar
la protección del ganado, dando su acceso al mismo.
Toda
la fábrica se realiza en seco, así como la hoquedad aquillada deformada que tiene una formación menos perfecta que la anterior.
Chozo. Cañaveras |
Así como los chozos de eras todavía conservan las puertas de acceso,
las chozas pastoriles no disponen de un cierre, ni dispositivo aparente
señalado en las fábricas, que pudiera indicar que hayan existido. Parece ser
que el cierre era provisional, con ramajes, tablas sobrepuestas, o
acompañadas de la manta o de alguna puerta auxiliar móvil.
Ocasionalmente también encontramos algún ejemplar aislado de choza o caseta
ligada a explotaciones agrarias, a modo de habitáculo más amplio que un mero
refugio, donde era posible tanto pernoctar como albergar a los animales de
tiro que ayudan a la labranza.
Algún caso, como en Torrejoncillo del Rey, incorpora dos espacios
diferenciados en una pequeña planta rectangular con cubierta de teja a dos
aguas. Uno destinado a habitación, dominado por un hogar dotado de chimenea,
donde el labrador dormía en un camastro de paja y preparaba allí la comida. Y
otro con su pesebre para los animales. Y junto a ella se dispone una alberca con una antigua noria, que mediante el trabajo a sangre de
los animales, permitía regar la tierra. El conjunto se
protege mediante un árbol frutal, proporcionando además sombra. Este ejemplo
nos recuerda que estamos cerca de La Mancha
y que allí son más frecuentes las casetas ligadas a las norias, emplazadas de
modo disperso en el terrazgo, que en algunos casos reciben el nombre de
quintería como recuerdo de que fueron empleadas como habitación temporal por
los braceros que trabajan las fincas.
LA ARQUITECTURA AGROPECUARIA
Si bien los refugios, en las formas que se conservan, se podrían
incluir en este gran bloque, en él se aborda todo el conjunto de edificios
auxiliares no residenciales destinados directamente a usos agropecuarios.
Destacan sin duda en el conjunto comarcal dos tipos significativos
que reflejan dos polos de desarrollo productivo complementarios: los corrales
o parideras y las bodegas-cuevas, por su gran densidad y presencia. A ellas
hay que añadir otros tipos básicos como palomares, las organizaciones de
algunos colmenares y eras, así como cuadras y pajares, que se escapan del
ámbito de la propia casa.
Corrales, pajares y parideras
Parideras. Albalate de las Nogueras |
En ocasiones relativamente escasas, normalmente cuando la casa cuenta
con un amplio corral, se dispone en un lado o extremo dicho establo de ganado
menor, con acceso independiente de la propia casa.
Sin embargo en los ejemplos de edificios aislados de esta tipología,
encontramos soluciones dotadas de un amplio espacio abierto cercado, en el cual se abre un portón más o menos amplio. Por
él puede penetrar la carreta para trasladar el cebo y paja para la cama y
comida del ganado y a la vez extraer el estiércol para el abonado del
terrazgo. Este portón se puede proteger
con un tejaroz o
también con bardales.
Al
frente de él o en el lateral se dispone
el edificio de las
cuadras, con un altillo para pajar. Normalmente es de planta rectangular,
pudiendo contar con un
pórtico delantero, reduciéndose entonces el espacio cerrado, donde se crean los pesebres, comederos y bebederos; en él
está el típico «tornajo»
o cajón largo, estrecho
y poco profundo, donde se dispone el pienso a las ovejas. En ocasiones más
raras localizamos también este tipo de edificios para ganado mayor. Además en
el corral puede aparecer algún cobertizo o «tinao», para albergar leña o utensilios.
Del pajar se deja caer la paja por un pequeño agujero llamado piquera,
desde donde cae a un compartimento que alberga
la paja o cebo para el
consumo diario, llamado pajera, normalmente delimitada, si existe, por un
armazón elemental de palos y tabla.
Paridera. Albalate de las Nogueras |
La
toponimia nos da a través de la cartografía histórica, incluso la denominación
de algunos de ellos, como en La Ventosa, con los corrales del Vallejo, del
Llango, de la Manzanera, de Ahijontes, de los Cermenos, de la Fte. de la Cueva,
de la Fte. del Prado, de Castillejos. O en Villanueva de Guadamejud, el corral
de la Peña del Conde o el Corral Nuevo. En algunos de ellos se hace referencia
precisamente al aprovechamiento de cuevas naturales, agrandadas o
regularizadas, que en muchas de ellas se observan. Los ejemplos reutilizados de
hábitat antiguo altomedieval de San Bernabé o Mohorte. O el dibujado en
Villar de Domingo García, dotado de dos pequeñas cuevas semitalladas, además
de una cerca delantera a modo de corral, nos dan muestra de esta reutilización.
Las citadas de Candegalegas en Villar de Domingo García, aprovechan
una cueva alta como
refugio-choza y un corral delantero apoyado en el roquedo.
Y acompañadas de otras dotadas de un cobertizo o tinao, cerrado todo ello por
un corral.
Interior de una paridera. Albalate de las Nogueras |
En los edificios, ya totalmente construidos destinados a parideras,
cabe distinguir dos modalidades básicas. La más antigua, que se denomina
bóveda, consiste en un edificio compuesto por una serie de
recintos en paralelo cubiertos con bóvedas de medio cañón, construidas en fábrica
encofrada de mampostería y yeso, dotados o no de fachada, también de
mampostería. Este da al corral cerrado por una tapia. La cubierta es de tierra
asentada sobre las propias bóvedas y adquiere un aspecto realmente primitivo que en ocasiones recuerda a soluciones y
arquitecturas beréberes. Se puede acompañar de una choza de planta circular,
como en la de la Dehesa en Villalba del Rey, o de chozas de planta cuadrada,
cubierta ya de teja.
Conocemos que todavía se conservan ejemplares de este tipo en
municipios del Valle del Guadamejud y del Guadiela, como Villalba del Rey, o
Castejón, alcanzando su antigua extensión a la práctica totalidad de la
comarca.
Exterior de una paridera. Albalate de las Nogueras |
Ante ella se constituye el corral cerrado por una tapia de
mampostería, bien en seco, bien cogida con barro. Adosada a dicha organización
o ligeramente separada de ella se dispone la choza, cuyo acceso se dispone normalmente independiente del corral, aunque en alguna
ocasión, como en un ejemplo de Priego lo puede tener desde él.
Los tipos de chozas que acompañan al corral, pueden ser tanto los de
planta circular y bóveda, como aquellos otros de planta rectangular con cubierta de
tierra y más frecuentemente de teja. En alguna ocasión encontramos algún
ejemplar de planta circular y cubierta de teja a un agua, como en el ejemplo
dibujado de Los Romerales en Buendía. En la choza se ha dispuesto de dos
poyos laterales de fábrica a ambos lados del eje que forman el acceso y el
hogar, realizado con fraile, rehundido en el propio muro. Este mismo tipo de organización
sin choza lo encontramos como corral dispuesto en los bordes de los núcleos,
como en Gascueña, a modo de paridera donde el pastor ya duerme en el núcleo,
dejando allí el ganado albergado.
Cuevas-Bodegas
Las bodegas son el otro elemento muy abundante en la comarca, aún
cuando en muchos lugares lo habitual es que se emplace como cueva o sótano de
la propia casa.
Cuevas. Villaconejos de Trabaque |
La cueva-bodega se dota de un pequeño espacio delantero creando una fachada. En esta fachada
se dispone un hueco de acceso cuya solución más normal
es la realizada en arco de medio punto y dotado de sillares adovelados, como en
Sotoca, Villaconejos o Bolliga. Aunque también podemos encontrar soluciones
menos perfectas con dinteles irregulares a modo de arcos irregulares tendidos,
como en Horcajada de la Torre. O sistemas adintelados, donde la fábrica se
sujeta con el cerco o viga superior del propio acceso, como en Villarejo del
Espartal, pudiendo tener un tosco arco de descarga si la altura de la misma es
relativamente elevada. Las fábricas de estas fachadas son de mampostería
tomadas con mortero de barro o cal, encontrando en lugares como Villaconejos
soluciones con sillarejo o mampuesto de mediano tamaño.
Cuevas. Torralba |
En otros casos la formación aprovecha la pared, más o menos vertical
del roquedo donde se talla, para convertirla en fachada, normalmente adintelada, como en Sotoca o Buendía, donde se dispone la
puerta de acceso.
Cuevas. Albalate de las Nogueras |
Al aprovechar estratos del terreno y desniveles lo más habitual es que
se baje sólo ligeramente respecto al acceso, teniendo normalmente un carácter
lineal. La galería se va abriendo en recintos que ligeramente se tallan en
los laterales para disponer las tinajas. En el caso de la bodega dibujada de
Albalate de las Nogueras, la galería principal se bifurca en otra. Eso es
normal que ocurra en las bodegas grandes de este lugar, aunque lo más normal en
la zona es que sean de carácter lineal.
En otras ocasiones se dispone una pequeña construcción en el acceso,
como en los ejemplos dibujados de Sotoca y Villaconejos de Trabaque, donde se
aprovecha para disponer el jaraiz, donde se pisa la uva.
El jaraiz es una mera depresión o subdivisión del espacio dotado de
dos muretes bajos laterales que convergen hacia un pequeño pozo rehundido donde
se recoge el mosto. O bien es un recinto tallado, como en Sotoca, con una
altura lateral en torno a un metro donde se pisa la uva, a veces ayudada de la
viga de prensa típica de otras zonas del territorio castellano, dotados del
contrapeso y el husillo.
Cuevas. Albalate de las Nogueras |
Las tinajas se disponen apoyadas en maderos, como base sustentante,
colocadas tanto en las oquedades hechas exprofeso en laterales, o fondo de la
galería o del merendero delantero. Bajo ellas y de la "canilla" o «espita» se
dispone el «cazuelo»
o recipiente de barro
para facilitar el trasiego del vino.
El jaraiz se completa funcionalmente con la prensa de madera o
«embeleca», donde se prensa lo que queda de mosto en el casco de la uva una vez
pisada. Su emplazamiento se dispone en la cueva y a menudo se saca al patio
delantero si existe,
como en el ejemplo
dibujado de Albalate, o al espacio público delantero para permitir el trabajo
en ella, como en el ejemplo de Villaconejos de Trabaque.
De los conjuntos de bodegas de mayor calidad que hoy se conservan cabe
citar a los de Albalate de las Nogueras y Villaconejos de Trabaque en la zona
este de la comarca, y a Sotoca y Bolliga en zonas más centrales, aún cuando
hallamos ejemplares de interés más o menos sueltos en buena parte de los
núcleos de la comarca, véase a tal efecto el plano de localización de
ejemplares de tipo edificatorio en este territorio.
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