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Villas bajoimperiales, "Fuente de Los Baños", en el término de Albalate de las Nogueras

Como ya hemos comentado, el lugar relevante lo ocupan ahora las villas bajoimperiales, y es precisamente de la villa de Fuente de Baños, en el término de Albalate de las Nogueras, de donde tenemos una mayor documentación numismática, aunque por desgracia se tratan de hallazgos superficiales (1). Esta villa ha proporcionado un total de 110 monedas, y aunque cinco de ellas son del siglo II. y veintiocho del III la mayoría corresponden a numerario de la cuarta centuria. Del siglo III el valor más representado es el antoniniano y la ceca más abundante es la de Roma, aunque a partir de Galieno el panorama de cecas se va a diversificar, con distintas emisiones tanto occidentales como orientales. También está presente alguna moneda del Imperio Galo pero, como en el resto de la península, son escasas -tres piezas-, y. además, como sucede en otras localidades hispanas son de Victorino y Tétrico I, pues las de Postumo, Laeliano y Mario son en general muy raras. Las monedas del IV d. C. están mejor representadas, con un total de setenta y siete piezas, de lo que se deduce que en esta villa hubo un potente núcleo bajoimperial. Durante el primer cuarto del siglo predominan las monedas de las cecas occidentales, sin que se pueda determinar el predominio de una concreta porque las muestras que se poseen son reducidas. En Hispania la presencia de las distintas cecas oscila atendiendo a diversas variables, tales como su situación y la orientación de las relaciones, pero suele ser la de Roma la más abundante, seguida de Treveris. En cambio, en esta villa son más numerosas las de Treveris. con seis ejemplares, seguida de Lugdunum y Siscia ambas con cuatro piezas: el resto, incluida la de Roma, sólo presentan uno o dos ejemplares. Mientras que hacia el 335 d. C. hasta Graciano existe un predominio de la ceca de Roma, con diez ejemplares, seguida de Arélate, con siete monedas. Mientras que las orientales continúan teniendo un papel secundario, aunque es de destacar el aumento de la presencia de talleres orientales a partir del 361 en especial las que corresponde al tipo Reparatio Reipub y Gloria Romanorum.
En líneas generales, la muestra monetaria permite pensar que la villa mantuvo una vida bastante estable, sin ningún tipo de decadencia hasta el probable fin del aprovisionamiento que según la fecha de la moneda más reciente, se sitúa hacia el 391-395 d. C. Pero la falta de alimentación monetaria no significa que la moneda no siguiera circulando durante el siglo V y quizás más tarde, como atestiguan los estudios de monedas en contextos arqueológicos del siglo V y VI d. C.

(1) Estas monedas fueron recogidas por un particular, quien puso el material a disposición del Prof. A. Fuentes, que amablemente nos lo cedió para su análisis, a ambos vaya desde estas líneas nuestro agradecimiento, Un estudio de las monedas se presentó en la Revista Cuenca.

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Notas extraidas de diferentes páginas web (las imágenes de las monedas no se corresponden con las  encontradas en "La Fuente Los Baños", de Albalate de las Nogueras, es una información de cómo son estas monedas)


 Se denomina Antoniniano (antoninianus, en latín, pl. antoniniani) a una moneda en la antigua Roma, equivalente a dos denarios. Inicialmente acuñada en plata, su progresiva desvalorización obligo a que las emisiones se terminasen haciendo en bronce.
El antoniniano fue introducido durante el reinado de Caracalla, (a él se debe el nombre por el que la moneda es conocida: Marco Aurélio Antoniniano) al inicio del 215 dC, como una moneda de plata semejante al denario, ligeramente mayor y cuya efigie representaba a los emperadores de Roma con una corona radiada indicando su valor doble del denario.
A pesar del valor oficial fijado, el peso del antoniniano nunca fue superior a 1,6 veces el del denario. Sustituyó por completo a éste durante el gobierno de Gordiano III. A medida que la situación política y económica del Imperio Romano se agravó, el antoniniano fue gradualmente devaluado, con la inclusión del cobre y estaño de manera que formó una aleación de vellón con una pobre aportación de plata, pero semejante en apariencia a ella.
Durante el gobierno de Galieno el contenido de plata disminuyo hasta niveles de entre el cinco y el diez por ciento del total de peso. Los antonianos eran entonces tratados con una solución ácida que eliminaba el cobre de la superficie y renovaba la apariencia noble del metal. Aureliano alteró de nuevo el contenido de metales de la moneda, dejando una parte de plata por veinte de cobre. Las emisionos aurelianas con dicho contenido están marcadas con las números XXI o KA. Habría que esperar a la reforma económica de Diocleciano para que el antoniniano dejara de acuñarse, a finales del siglo III.



Antoniniano - Imitación bárbara (2.7 g /17-19 mm)
Moneda de bronce acuñada posiblemente en las Galías o en Hispania. en tiempos del llamado Imperio Galo y años sucesivos (aproximadamente entre los años 271-280 d.C.)
Anverso: leyenda ilegible. Busto con corona radiada, mirando hacia la derecha. Reverso: leyenda ilegible. Figura estante, portando pátera en su mano derecha.
Esta moneda tiene las leyendas tan degeneradas que casi no se distingue el emperador que intentaron copiar. Dadas la letra V del anverso y la pequeña cruz del altaren el reverso, seguramente se trata de Victorino y su reverso PIETAS AVG. Este tipo de monedas, que aparecen con cierta abundancia en los hallazgos de la parte occidental del Imperio (Britannia, Hispania y las Galias), fueron producidas a partir de la muerte de Claudio (270 d.C) para uso restringido, es decir, para circular localmente. Aunque Aureliano prohibió la circulación de estas copias locales, parece que la escasez de moneda fraccionaria propició que se continuaran acuñando, siempre en cecas indeterminadas, al menos hasta finales del siglo VI.

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