lunes

Los alumnos del Instituto de Priego

Los alumnos del Instituto de Priego (Cuenca) rindieron un merecido homenaje al poeta pricense Diego Jesús Jiménez.

Taller de dibujo y pintura con Ginés Liébana


El día 24 de mayo de 2010 realizamos en nuestro instituto un taller de dibujo y pintura con la inestimable presencia y protagonismo del polifacético artista y creador cordobés Ginés Liébana, quien nos dio una clase magistral sorprendiendo al propio alumnado que bebió de su eterna juventud impregnada de sabiduría, conocimiento, vida y arte, mucho arte, dibujo, pintura, creación y color en el aula de Plástica.

Gracias a Juan José Gómez Brihuega, a su interés y altruismo, pudimos contar con la presencia de Ginés Liébana en nuestro instituto. Y para presentar su obra pasamos en el ordenador un recorrido de su extensa obra pictórica para que el alumnado la conociera, aunque también, previamente en las aulas, les habíamos mostrado el libro Retorno a Cuenca (1959-2008), fruto de la exposición antológica celebrada en el Centro Cultura Aguirre de Cuenca, entre el 11 de marzo y el 11 de abril de 2008, siendo comisarios de la exposición Juan José Gómez Brihuega y José Luis Muñoz.
Lo primero que nos sorprendió a todos, tanto alumnado como profesorado, fue la tremenda vitalidad de una persona de 89 años. Su voz suave, cadenciosa y queda, hizo que el alumnado extremara el silencio para oír todo lo que nos decía. Temprano en la mañana, empezaron a desfilar los diferentes cursos del instituto por el aula de Plástica. Los chicos y chicas no tardaron en arremolinarse a su alrededor creando momentos especialmente mágicos, gracias a la propia magia que desprende Ginés Liébana. Sentados en las sillas, sentados en las mesas, de pie en las mesas… mientras él esbozaba un rostro, una pose, un gesto aprehendiendo la luz y el papel blanco cobraba vida entre las líneas superpuestas y difuminadas. Recalcaba, una y otra vez, “dibujar, no pintar”, “esbozar y esbozar y al final elección de la línea”, “y si no nos gusta, lo dejamos como esté y vamos a otro”.
Desaprender todo lo aprendido. Llegado a este extremo de su vida, él que siempre se había jactado de aprenderlo todo, ahora propugnaba que quería desaprender todo lo aprendido y que, muchas veces, no tenían que aprender los chicos y chicas todo lo que los profesores les decían, sino descubrir por sí mismos lo que querían hacer o aprender, sin miedo.
Junto a los poetas Ricardo Molina y Pablo García Baena, Ginés Liébana se circunscribe en el Grupo Cántico de Córdoba.
Otro de los conceptos que Ginés nos transmite es su barroquismo. El término “barroco”, usado en el portugués del siglo XVI para designar una perla de forma irregular (Teoría de la literatura, Vítor Manuel de Aguiar e Silva, Editorial Gredos, Madrid, 1996), puede que sea el origen etimológico más apropiado para definir la obra pictórica de Ginés Liébana. Esos son sus dibujos y pinturas, verdaderas perlas que responden a una visión particular de su creador.
Una casualidad lo trajo a Priego y a Cuenca, pero su vinculación con estos lares ya es innegable. Se siente muy satisfecho de haber descubierto Priego y la poesía que se destila en los cursos de verano.
Tras una mañana agotadora con tantos y tantos alumnos y alumnas que pasaron por el aula de Plástica del instituto, dibujando y esbozando, llegó un merecido descanso para reponer fuerzas durante la comida, junto con el siempre amable y hospitalario Alcalde de Priego, D. Luis Remón. Y sin más preámbulos ni siestas que valgan, de nuevo a la carga, de nuevo al instituto y a continuar con el taller. Ahora en la tarde, con un grupo más reducido de alumnado.
Por último y tras los eternos y sinceros agradecimientos y despedidas, Juan José Gómez Brihuega lo devuelve a sus tierras madrileñas para proseguir con su trabajo, con su obra, con su curiosidad por desaprender todo lo aprendido.

Siempre estuve buscando la belleza,
observando con devoción la naturaleza.

Ginés Liébana.

Gracias por habernos hecho disfrutar, Ginés Liébana, por tu maestría y sabiduría.

Ricardo López Jaén


El mural de tus rondas
Diego Jesús Jiménez, La ciudad (1965).

Desocupado lector, este mural que aquí presencias ha sido elaborado por el alumnado de este instituto durante el curso 2009/2010.

Este trabajo ha sido fruto de un proceso basado en una de las obras de nuestro poeta pricense Diego Jesús Jiménez, La ciudad, de 1965.
Esta obra poética está estructurada en cinco rondas, a saber: “Ronda del agua”, “Ronda de la noche”, “Ronda del aire”, “Ronda de las piedras” y “Ronda del hombre”.
Extractamos fragmentos de las rondas de Diego Jesús Jiménez y se las mostramos, leímos, leyeron, explicamos, dudaron y entregamos al alumnado por niveles educativos: “Ronda del agua” = 1º ESO; “Ronda de la noche” = 4º ESO; “Ronda del aire” = 3º ESO; “Ronda de las piedras” = 2º ESO; “Ronda del hombre” = 1º BACHILLERATO.
Estaba dado el primer paso del mural.
Luego invitamos a todo el alumnado a que hiciera un dibujo sobre lo que le sugería las palabras de DJJ de la ronda que le había tocado por curso.
Para ello contamos con una jornada de trabajo del polifacético artista y creador cordobés Ginés Liébana, quien nos dio una clase magistral sorprendiendo al propio alumnado que bebió de su eterna juventud impregnada de sabiduría, conocimiento, vida y arte, mucho arte, dibujo, pintura, creación y color en el aula de Plástica.
Estaba dado el segundo paso del mural y en seguida tuvimos los dibujos del alumnado.
Después de este cometa que dejó su polvo de estrella en nuestro instituto, contamos con la colaboración de Vicente, de Tinajas, artista y ceramista, además de la maestría alfarera pricense de Jesús Parra Luna y los hermanos Magán.
El alumnado trasladó los dibujos seleccionados representativos de cada ronda de DJJ al azulejo y el aula de Plástica se llenó de azulejos, de alumnos y alumnas que dibujaban y pintaban sobre ellos en una experiencia plástica de colorido y convivencia.
Dibujos inspirados en DJJ y palabras sueltas al viento de su obra caídas al río de su vida, secadas durante la noche y plasmadas en la piedra por el hombre y la mujer de su ronda.
Estaba dado el tercer paso del mural.
Vicente secuestró los azulejos pintados, desmontados e identificados por filas, columnas, números y letras para volverlos al fuego prometeico de la eternidad.
Y tras unos días nos los devolvió y volvimos a montar el collage en puzle y al revés. Aulas invadidas por azulejos coloreados por alumnado y palabras sueltas de DJJ.
En el suelo, de rodillas, lavándolos en el agua de las aulas y Vicente, en sus andamios, recogiéndolos y pegándolos en la pared del instituto, fundiéndolos en la piedra que los vio nacer.
Este es el resultado: la “Ronda del agua” se extiende a la izquierda y sobre esas aguas, la “Ronda de la noche”, niña que quiere la luna en los desvelos de DJJ. Ya en el frontal, se extiende la “Ronda del aire” que, como viento que lleva y trae, nos deja en la “Ronda de las piedras”, de izquierda a derecha, y rodando y chiscando las piedras se detienen en la “Ronda del hombre”, sometido a los elementos de la naturaleza y que se funde con las columnas y cimientos de esta institución educativa. En medio, los trabajos artesanos de Jesús Parra Luna y de los hermanos Magán y durante todo el mural el brazo creativo y ejecutor de Vicente, plasmando la obra inmortal de Diego Jesús Jiménez, La ciudad, en el instituto que lleva su nombre.
Unas palabras de Diego Jesús Jiménez, de su obra poética, poesía que llevó a unas ideas y estas a unos dibujos y estos, a su vez, a este mural que estás contemplando, desocupado lector.

Ángel Albaladejo Cuenca, quijotesco profesor de este instituto
artífice del cambio colorista acaecido en el mismo.


El mural de tus rondas.

Intervención de Vicente, de Tinajas.
9/VI/10

Azulejos blancos dispuestos,
en las mesas de Plástica,
a ser empapados de engrudo.
Impaciencia en su rápido secado,
preparación y mezcla de las pinturas.


Geometría y Dadaísmo. Vanguardia.


Transposición del dibujo figurado
(agua, noche, aire, piedras y hombre)
a los azulejos mates.


Brochas rápidas extienden
los colores pastel y ríos de palabras
de Diego Jesús
recorren el mosaico de azulejos.


Trozos de oraciones, frases sueltas,
palabras reivindicativas
de una realidad particular y especial.


Se van secando las pinturas
y las palabras sobre los azulejos.
Los alumnos siguen pasando
durante la mañana.


Curiosidad, participación y protagonismo.


Fuerte dinamismo
de un caos artístico
que asusta y mete miedo,
pero va surgiendo la idea,
la obra creada, va cobrando sentido
esa realidad figurada
que no lo tenía.


Se van materializando
las rondas diegojesusianas.


Manos manchadas,
palabras que cobran vida
visual y estética viva
que reivindica su nacimiento.


Desmontar la obra
volver para atrás,
azulejo por azulejo,
eso sí, identificando
las piezas del puzle:
una letra, un número,
para volverlas al fuego prometeico
de los orígenes del hombre.


Purificador elemento que imprimirá
la huella visual de tus rondas
por tu poesía, Diego Jesús
Jiménez.

Ricardo López Jaén

FERIA DEL LIBRO, LA LECTURA Y LAS INDUSTRIAS CULTURALES DE CASTILLA-LA MANCHA (FLLIC) 2010
Domingo, 2 de mayo de 2010.
Acto en honor de Diego Jesús Jiménez.




El viento de tus rondas
El viento, de tus rondas, me trajo tu nombre
y el Instituto de Educación hizo los restos,
encallado en tus poemas.


Bajé al Escabas con los alumnos, a buscarte
y subí, al contraluz,
y a las sombras de Priego,
persiguiendo tus palabras,
esperando encontrarte
al doblar la esquina
por la plaza del pueblo.


Pregunté en el alfar,
cuando Jesús encendía la estufa de leña,
y reclamé a los mimbres tu presencia,
a punto de ser cortados
y en haces montados.


No vislumbré el color solo de tus versos,
verde primavera, verdes aguas,
sino que el fuerte rojo,
de la arcilla y el mimbre,
turbó mis sensaciones.


Gritamos tus palabras al Escabas y a Priego
y, aún más, en la primigenia puerta
de la Cueva de Altamira,
por si allí escondías
la esencia de tu poesía.
Los alumnos me ayudaban persiguiéndote,
y tú, en tu agonía,
discreto, callado y de puntillas
hasta el último aliento.


Esperaste hasta tus fiestas en Priego
para retornar, definitivamente,
a las tierras que te vieron crecer…
comunidad educativa siguió luchando
por y en tu nombre,
y en la siguiente primavera:
IES Diego Jesús Jiménez.


Por fin, en Társila te encontré
y sus lágrimas me revelaron
tu anhelado recuerdo.


Hoy, desde el flamante y orgulloso
IES Diego Jesús Jiménez,
las alumnas de 3º ESO y 1º Bach.,
Valentina y Elisa,
tocan, en tu honor, la música
que acompaña la memoria viva en tu obra;
y los alumnos de 1º ESO,
Sofía y Héctor,
rememoran aquella clase de Biología, a las ocho,
que tú presenciaste
y que seguirán teniendo
todas las generaciones venideras
de tus tierras y comarca,
en el valor y privilegio
de la Educación Pública.


Con tu fuerza expresiva,
tu memoria y recuerdo,
seguiremos luchando,
evocándote,
y viviendo para que así sea.


Gracias, poeta,
gracias Diego Jesús Jiménez.


Ricardo López Jaén

FERIA DEL LIBRO, LA LECTURA Y LAS INDUSTRIAS CULTURALES DE CASTILLA-LA MANCHA (FLLIC) 2010

Domingo, 2 de mayo de 2010.
Acto en honor de Diego Jesús Jiménez.

Alumnado del IES Diego Jesús Jiménez:
Recitan: Sofía Parra Rodríguez (1ºB) y Héctor Guijarro Cervel (1ºC).
Música: Elisa Arias Romero (1ºBach.) y Valentina Martínez Moreno (3ºA).
Obras musicales: Berceuse, FAURÉ y
Meditación sobre el 1er preludio de J.S. Bach, GOUNOD.

A LAS 8, CLASE DE BIOLOGÍA

Por la mañana, al contraluz del día,
al azulado tono de las cosas,
bajaba la escalera con los libros al brazo.


Era aquella la hora, también, en que Fermina
-portera de la casa desde siempre-
pasaba la bayeta por los suelos
o espantaba a los gatos de Joaquín
madrugadores y mahullantes.


Ya en el aula, con los huesos al fondo, en la vitrina,
la circulación del hombre pintada en las paredes,
con carteles de músculos y nervios,
don Miguel –profesor entonces del colegio-
nos decía, lección por lección, cada trimestre,
la cantidad de vida que llevamos.


Tenía yo diez años. Me enseñaban
a conocer por dentro la vida de los hombres;
pero, a veces, cansado
de aprender sus montañas, sus límites,
sus valles prodigiosos y sus ríos,
mi adolescencia repasaba
el nombre de una chica en el pupitre.


Ahora,
con el mismo “Padre nuestro que estás en los cielos”
del final de la clase, os digo que era hermoso
aquel olor a infancia,
aquellas clases, tanta vida junta,
aquellos libros con flores y con sangre,
con mariposas muertas separando
lecciones e inocencia.

(De Ámbitos de entonces)
Diego Jesús Jiménez, “Primeros poemas (1961-1963)”, Iluminación de los sentidos (Antología), Estudio previo de Manuel Rico, Ediciones Hiperión, Madrid, 2001.



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