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La magia de la Edad Media vuelve a Cañete con La Alvarada

Cañete celebra un año más sus Jornadas Medievales en homenaje al Condestable de Castilla, Don Álvaro de Luna, nacido en esta villa. En esta ocasión, el eje central será “El mundo mágico en la Edad Media” Añoranza del siglo XV, época de Álvaro de Luna.

ESTE AÑO SE CELEBRA LA DECIMOTERCERA EDICIÓN
La Alvarada es una fiesta medieval, destacable por su carácter propio y por el peso de su actividad cultural en el marco de su programación, celebra este año su decimotercera edición. Desde sus inicios, La Alvarada ha logrado atraer la atenciónd e los medios de la región y el interés participativo de los habitantes de la villa y de su comarca. Fue galardonada con el Primer Premio de Turismo de Castilla-La Mancha en el año 2000, asentándose las bases de lo que actualmente es la festividad, garantizando el prestigio de una cita ineludible que convierte Cañete en capital regional del medievo durante la primera semana del mes de agosto. El eje central escogido para esta ocasión ha sido “El mundo mágico en la Edad Media: añoranza del siglo XV, época de Álvaro de Luna”.


La villa de Cañete es una pequeña población serrana de menos de mil habitantes, cuyo caserío crece resguardado por el murallón serrado que lo rodea, abocándose de manera vertiginosa sobre la hoz horadada durante siglos por las aguas del río Tinte, que forman cascada a los pies de la vieja ermita de la Virgen de la Zarza, patrona de los cañeteros desde la propia época de Don Álvaro de Luna. El pueblo conserva aún, pese al inclemente paso de los siglos, su fachada propia de las villas castellanas de antaño, formando un excelente conjunto monumental que exhala un aroma medieval que envuelve sus retorcidas callejas, sus frecuentadas plazuelas y la loma que despunta en su parte alta. Su viejo castillo, con forma de navío, anclado sobre la pétrea cresta que corona la villa, rezuma las evocaciones nostálgicas de las gestas que desde sus almenas llevaron a cabo Juan Núñez de Lara, Alvar Ruiz de Espejo, el capitán francés Tollet de Castell Pugo o Nicolás de Cerezuela, entre muchos otros. Aunque desmochado ya, y con su fábrica altamente deteriorada, el viejo bastión conserva en buena medida sus espacios funcionales, su gran albacara para la guarda del ganado o la reunión de tropas, parte de los recintos internos, sus puertas y accesos, incluido el pétreo voladizo diseñado para arrojar al vacío a todo el que osara el asalto de la fortaleza, y la base de sus torreones, que copan los más de ciento cincuenta metros de eslora que unen la parte más antigua del recinto, en el lado septentrional del crestón rocoso, con la proa ubicada al mediodía.
La muralla con forma de cremallera, de piedra y argamasa, es uno de los símbolos que mejor representa la estética de la villa y la herencia musulmana de su pasado.
Desciende desde la cresta, rodeando todo el caserío, conservando buena su fábrica en diversos puntos y manteniéndose íntegro su trazado, salvo por las cuatro aperturas realizadas en el siglo XX para el tráfico rodado, aunque invadida y ocultada por las viviendas en el lado que cuelga sobre el río y en la parte baja de la población. Se conservan las tres puertas que ya tuvo en época medieval, la de San Bartolomé, al norte, formando un imponente codo defensivo; la de las Eras, con un excelente arco de factura califal, y la de La Virgen, más modesta en la fábrica y de estilo románico. Todas dan acceso a las calles que conectan el extrarradio con la Plaza Mayor porticada, testimonio arcaico del mercado medieval que dio importancia a la villa en la comarca.
En la misma, se emplaza todavía la iglesia de San Julián, reliquia pétrea, de portada renacentista, de lo que fue el viejo Colegio de Latinidad. En la parte baja, frente a la que se cree fue la casa en la que nació Don Álvaro de Luna, se levanta la iglesia de Santiago Apóstol, sobre el solar de la casa-palacio de los Hurtado de Mendoza. Extramuros, de las numerosas ermitas con las que la villa contaba, sólo queda en pie la dedicada a la Virgen de la Zarza, testigo de la devoción mariana existente en la villa desde el mismo momento de su conquista.

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Por qué hemos elegido este video y no otro de mas actualidad, pues simplemente por que a este le pone voz nuestro amigo  y paisano Paco Auñón. Si quieren tener la experiencia de sumergirse en un ambiente medieval no duden en acudir durante estas fechas a Cañete, y si no es durante todos los días, mejor durante este fin de semana próximo, no se arrepentirán.

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