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Leer y entender la poesía. Poesía española contemporánea. Poetas en la estela del 68

Priego (Cuenca), 11 al 14 de julio
CENTRO CULTURAL "Diego Jesús Jiménez"
Curso de Verano: Leer y entender la poesía
Poesía española contemporánea.
Poetas en la estela del 68



Promueve: Vicerrectorado de Campus de Cuenca y Extensión Universitaria
Campus: Cuenca
Tipo de evento: Cursos y Talleres
Celebración: 11/07/2011 al 14/07/2011
Hora de inicio: 18:00
Organiza: Unidad de Extensión Universitaria
Dirige: Martín Muelas Herráiz / Juan José Lanz
Contacto administrativo: cursos.verano@uclm.es
Lugar de celebración: Centro Cultural. Priego (Cuenca)
Créditos convalidables: 2
Observaciones: Educación y Humanidades


Haciendo "clic" sobre la imagen se accede al programa completo


Dirigido a:
- Estudiantes de Filología Hispánica, Moderna, Clásica y Humanidades, especialmente 2º y 3er ciclo.
- Estudiantes universitarios en general.
- Titulados universitarios (Profesores de Secundaria de cualquier área)
- A todos los gustadores de la Literatura y la Poesía en particular.

Objetivos:
Comprender la poesía española en el tránsito de una estética comprometida de línea clara, la llamada “poesía social”, hacia una poesía que renueva el discurso lírico con la apertura hacia nuevos temas, hacia la influencia de las corrientes europeas y hacia otras manifestaciones culturales en un intento de enlazar no solo con la tradición de vanguardia representada en España por la generación del 27 sino también con el Modernismo, es el objetivo principal de este curso.
El hecho de contar con la presencia de los poetas protagonistas de esta aventura estética para que expliquen su creación, que a la vez será iluminada por la intervención de críticos especialistas en la materia contribuirá a divulgar y acercar a los alumnos a la poesía y cultura de esta época desde todas sus perspectivas.

Comienzan en Priego los "Cursos de Verano de la Universidad de Castilla-La Mancha'

La localidad conquense de Priego,
se convierte en escenario de la poesía contemporánea

En la inauguración de las jornadas,
se homenajeó al fallecido, Juan José G. Brihuega

La presentación del curso "Leer y entender la poesía. Poesía española contemporánea. Poetas en la estela el 68", estuvo en manos del Alcalde de Priego, el vicerrector del Campus de Cuenca y de Extensión Universitaria, José Ignacio Albentosa, el decano de la Facultad de Educación, Martín Muelas, Társila, familiar del fallecido poeta Diego Jesús Jiménez, y el presidente de la Diputación Provincial de Cuenca designado Benjamín Prieto.
El objetivo de estas jornadas es comprender la poesía española en el tránsito de una estética comprometida de línea clara, la llamada "poesía social", hacia una poesía que renueva el discurso lírico con la apertura hacia nuevos temas, hacia la influencia de corrientes europeas y hacia otras manifestaciones culturales en intento de enlazar no sólo con una tradición de vanguardia, representada en España por la generación del 27, sino también con el Modernismo.
En las jornadas participarán poetas, como Pablo García Baena, que asistió a la inauguración, Dª Amparo Ruiz Lujan, D. Pere Gimferrer o D. Antonio Colinas. Ellos entre otros serán los encargados de explicar la poesía y la cultura de esta época desde todas sus perspectivas, ayudados por críticos especialistas en la materia.
En la inauguración de las jornadas se homenajeó y recordó al recién fallecido, Juan José G. Brihuega, el cual era secretario de las pasadas ediciones de las jornadas, y principal promotor del proyecto. Martín Muelas, decano de la Facultad de Educación, animó, al público a no guardar un minuto de silencio para homenaje a Juan José Gómez Brihuega, sino a aplaudir en su honor, en palabras del decano es "lo que el hubiese preferido". Por último el alcalde de Priego concluyó diciendo a los allí concurridos que esperaba que recordasen el encuentro como "algo mágico y extraordinario donde la poesía se hace realidad".




Poesía

José Luis Muñoz

Qué tendrá la poesía, me digo mientras contemplo a mi alrededor a tantos aficionados, unos poetas ejercientes, casi profesionales, si es dado aplicar este término a quienes escriben versos, otros incipientes, balbuceadores todavía a la búsqueda del término justo y la métrica adecuada, los más, quizá, simplemente lectores sin que falten también los analistas, los estudiosos, a quienes en esta repetida ocasión anual que toma forma cada mes de julio en Priego anima la llamada de las musas (diferenciadas, como corresponde a los matices no siempre sutiles que anidan en el fondo de las palabras, Calíope por un lado, Erató por el otro) para decidirse a pasar unos días en estas hermosas tierras del interior, que nada tienen que ver con las sensuales arenas mediterráneas pero sí con otro tipo de sensaciones y sentimientos.
Qué tendrá la poesía, esa actividad humana, inteligente, imaginativa, creativa, quizá existente desde el momento mismo (o un día después) en que los primeros seres empezaron a tener conciencia de su capacidad para formar palabras, astuta combinación de sonidos capaces de expresar ideas y transmitirlas a los prójimos más cercanos. Estoy seguro de que, tras la inicial utilización de las palabras para señalar de manera diferenciada los elementos cotidianos más próximos, aquellos primitivos creadores del idioma madre buscarían la forma de expresar lo que, siendo indefinible, alienta en el alma de las personas, pues eso es, finalmente, la poesía.
Doce años van ya desde que se puso en marcha la cita anual que lleva a tantas personas a buscar cobijo en un lugar que, como Priego, ofrece inagotables referencias literarias y sentimentales -el Escabas, la hoz con San Miguel mostrando su osadía al universo mundo, El Rosal, el mimbre, los alfareros- pero sobre todo humanas, a través de un repertorio de cordialidad que ensambla y quizá aglutina la pervivencia de este curso, siempre amenazado por la tiranía del dinero, pretexto generalmente utilizado por los cortos de vista para cercenar el vuelo de las águilas cuando apenas si están empezando a despuntar. Por ese argumento falaz desapareció el precedente cuando tomaba forma en Cuenca-ciudad de poetas, dicen en los ya lejanos, casi prehistóricos, años noventa del siglo pasado (¿quién los recuerda?) donde apenas si pudo llegar a celebrar cuatro ediciones.
En esta andadura, Priego ha sido el hogar amable, cálido, donde encuentran cobijo y posada los amantes de la poesía, en singular mescolanza de consagrados, algunos veteranísimos -qué aleccionador ver al nonagenario y siempre activo Pablo García Baena leer sus versos, tan cercanos-junto a incipientes rastreadores de la esencia del poema. Pues qué tendrá la poesía, que sumergidos como estamos todos, al menos en apariencia, en la sumisión colectiva a las tecnologías más punteras (y cada día se inventa un nuevo cacharro con el que jugar) continúa imponiendo su amable dominio sobre los espíritus, incluidos los inquietos. En este devenir anual, la cita de Priego se ha ido tejiendo con los girones crueles que marca la llegada de la muerte, siempre incierta -a pesar de que la certidumbre es su principal característica-, quizá con el nombre de Pepe Hierro, siempre presente en los primeros cursos, como precursor en el camino postrero, hasta llegar a los últimos, Diego Jesús Jiménez y Juanjo Gómez Brihuega, pues es cierto que los muertos forman el entretejido vital, la urdimbre sobre la que se engarza el trabajo de los vivos. Vivo me parece el curso de poesía que cada mes de julio toma forma en Priego, a la vera de un río fresco y limpio, bajo el manto estrellado que cada noche cubre plácidamente las tertulias en la plaza, haciendo que la vetusta villa -digo mal, que ciudad es- encuentre durante este tiempo, apenas unos días cada verano, un engarce sentimental con el mundo exterior, también con la modernidad, quizá incluso con lo exótico y aún lo estrambótico, pues de todo hay en la viña del señor y no va a ser excepción el mundo de los poetas, como sabemos bien por variados ejemplos históricos.

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